miércoles, 23 de octubre de 2013

La brujería. El proceso de Zugarramurdi.


Durante los siglos XVI, XVII y XVIII en muchos lugares de Europa y Norteamérica se produjeron las “cazas de brujas” que acabaron con miles de mujeres (los brujos fueron minoría) en la hoguera o degolladas, siendo especialmente diligentes en este aspecto los calvinistas y los luteranos (Lutero llegó a afirmar que los diablos habitaban en "los loros y en las cotorras, en los monos y macacos, para que ellos puedan así imitar a los hombres")   Esta imagen representa un pentagrama invertido y es el símbolo mas reconocido por todos los seguidores de traición pagana, y es tan antiguo que su origen preciso se desconoce. Su imagen mas popular proviene del satanismo.  Los cinco nobres que aparacen en la imagen hacen referencia a los nombres que posee el diablo entre tantos otros.   
 El proceso de Zugarramurdi  


Este suceso impacto de forma nítida en un hecho histórico que tendría como consecuencia más inmediata que a partir de entonces jamás se produjeran en España juicios masivos por brujería como los que se produjeron en Europa (en algunos lugares de centro Europa hasta incluso entrado el siglo XIX). Me estoy refiriendo al proceso de brujas de Zugarramurdi.  

La historia comenzó en la zona del País Vasco, adonde se había enviado al juez Pierre de Lancre, consejero y parlamentario de Burdeos de origen vasco (se apellidaba Arostegui) a eliminar los numeroso brotes de brujería que se estaban denunciando en la zona desde hacía unos años. Según el las brujas mataban niños, destruían cosechas, practicaban aquelarres, misas negras, etc.

 Una joven bruja de origen francés denuncio a sus propios complices en los que se incluian sus padres que habían participado en su ritual de iniciació. Los inquisitores escribieron, el 13 de febrero de 1609, al consejo general de inquisición de Madrid el proceso instruido contra seis brujas y brujos, que así lo habían confesado ante el vicario de Zagarramurdi como brujos y apóstatas. Se trataba de Miguel de Goyburu, “rey de los Brujos”, su esposa Graciana de Barrenechea, “reina del aquelarre”, y las dos hijas y yernos de esta. Lo curioso fue,que estos se declararon inocentes,pero precisamente el vecino que les acompañó como guía afirmó sin vacilar que efectivamente eran brujos al ser interrogado al respecto.  

Para poder condenar por brujería era necesario que se dieran tres hechos acumulativos: Primero que se hubiera realizado un pacto con el diablo; segundo haber participado en aquelarres o “sabbat” donde se hubiera adjurado de la fe cristiana; y tercero haber usado de poderes sobrenaturales como volar, hacer maleficios, etc. En algunos casos el número de asesinatos es elevadísimo: a Graciana Berrenechea, “reina del aquelarre”, se le acusó de más de 20 muertes; a las hermanas “María Joanto y María Presoná”, además de otros asesinatos, se les acusó de haber matado a petición del diablo cada una a un hijo de la otra; a María de Iriarte de matar a trece personas de las cuales nueve eran niños;…  


Alonso Salazar,que era un sacerdote más jurista que teólogo, una vez aprobada la sentencia transmitió sus objeciones y sus votos al consejo Supremo de la Inquisición rechazando el poder maléfico de la brujería e incluso la existencia misma de las brujas, ya que pensaba que estas prácticas eran obras del engaño y del fraude, merced a la ignorancia e ingenuidad de las gentes más simples, que a la intervención de Satanás. A medida que fue observando los casos, su criterio fue perfilándose más, hasta que llegó a dar como falsas la mayoría de las actuaciones atribuidas a los brujos al no existir pruebas suficientes, claras y concretas que revelen la realidad de los hechos y que, por tanto, las denuncias como las acusaciones en su gran mayoría eran producto de la imaginación.  

 Así lo escribió en el  informe que envio al Consejo de la Inquisición. Y así lo creyó la Suprema, que el 31 de agosto de 1614 dictó una instrucción acerca de los asuntos de brujería, en que se recogían casi todas las ideas de Salazar, destacando la conclusión de que las confesiones más graves fueron fruto del engaño y de la tortura. Las acciones que se adoptaron para atajar estos casos como norma general fueron desde entonces muy suaves: el envío de predicadores con el objetivo de edificar a la poblacion, ermitas y capillas en los lugares habituales de los aquelarres; y a los condenados en su gran mayoría no pasaron de impartirles castigos físicos menores o penas pecuniarias [hubo proceso de brujería con condenas de muerte, pero en estos casos siempre el tribunal "probó" que lo reos habían cometido crímenes con resultado de muerte].


Actualmente esto nos parecera un disparate, gente que condena a otra a muerte simplemente porque un ganado enferme, una cosecha sea mala, o simplemente una enfermedad, hay mucha gente que pensara que todo aquello fue cierto y que realmente existieron las brujas, como tanta otra ( y seguramente la mayoría) piensen que culpaban a inocentes mujeres de hechos con los que no tenían nada que ver, simplente que tenían la necesidad de echarle la culpa a alguien, por así de decirlo. Todo eso nos puede parecer muy antiguo, pero actualmente tambien sigue existiendo algun tipo de brujería, gente que intenta comunicarse con el mas allá, con familiares, amigos o simplemente conocidos, gente que cree o afirma haber visto algún tipo de entidad o espiritu... También me gustaria comentar que no hace mucho sacaron una pelicula hacerca de las brujas de zugarramurdi, tal vez os interese:


 Si os ha gustado os dejo aqui mas información que os puede parecer interesante.

Gema Fragoso Cambronero 4ºC.












1 comentario:

  1. Bien Gema, pero ¿por qué no has relacionado todo esto con la bruja manchega que vimos en clase?

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